Antequera o viaje hacia los recuerdos. 2010

DIA 1



Mañana dando paseos por toda la casa, buscando cosas para poner en la maleta.

Finalmente hemos decidido coger un taxi y Carmela ha venido a despedirse, entonces papa ha decidido que se queda “a cerrar la casa”

Hemos tardado hasta Sants, algo menos de una hora, había gente en la estación, como era temprano tomamos un café y dado vueltas, papa ya estaba nervioso y hemos pasado el control hasta el AVE.   Había mucha gente, Pepi se ha puesto en la cola y cuando nos ha llamado a papa y a mí, hemos pasado por debajo de la tira que distribuía la cola y los de la fila nos han mirado mal.

El AVE es laaaargoooo, y nosotros teníamos el tren número 4, los asientos los hemos encontrado sin problemas y ya acomodados, nos hacemos la idea que serán 5 horas de viaje.   Parece un autobús de lujo, tele (pusieron dos películas, la de Dioses griegos, la última, no recuerdo el título y Los Fantasmas de mis exnovias) pero Pepi y yo escuchamos música.

Durante el viaje, tranquilo, la gente en silencio, cada uno ocupado en sus cosas, unos leyendo, otros estudiando, otro corrigiendo algo… llegamos a Antequera Santa Ana, a las 21,15 en punto, la estación casi vacía, un chica nos fue indicando la salida. Cogimos un taxi y hacia Antequera.



EL PERFIL DEL PEÑON DE LOS ENAMORADOS

Papa estaba eufórico todo el día, ilusionado, contento y conforme llegábamos a Antequera se fue enfriando, el cansancio.

Con el taxista fuimos hablando, la crisis, que en Antequera no se ha notado mucho, que tiene familia en Sabadell y Olot… y así llegamos al hotel Coso Viejo, frente a la plaza del mismo nombre.     Un hotel bonito, con arquitectura típica, patio interior con columnas, escaleras anchas, balcones típicos…

PLAZA DEL COSO VIEJO

La habitación está bien cómoda para los tres.  Cuando abrimos la ventana de la habitación nos quedamos embobados justo enfrente el Reloj de Papa Bellotas, iluminado, de postal.

Salimos a cenar, al restaurante del hote, pero es caro y el menú no estaba muy surtido, (nos dijo el camarero que había habido un boda), y era caro, eso sí, muy amables, todos.

Pepi está encantada de estar aquí.   Al salir del restaurante pensamos dar una vuelta, pero llovía y nos fuimos a dormir.

ANTEQUERA