Vistas de página en total

lunes, octubre 16, 2006

4 de agosto de 2006


Castelo da Vide. Una calle del barrio judio, dentro del castillo.



Esta mañana ha sido de descanso, en teoría. Pues “las tres” nos hemos ido a Castelo da Vide, en Portugal, un pueblo precioso, en él se refugiaron los judíos expulsados de España. Tiene aguas medicinales, (Y con esto ha habido una rara interpretación del nombre, yo pensaba que sería Castillo de Vida, por la salud que devolvería sus aguas, pero Francisco y creo que alguien más piensa que sería Castillo de vid.) El pueblo tiene un barrio medieval en el interior de las murallas del castillo y la judería extramuros, calles empinadas, empedradas con guijarros, casas apelotonadas, pequeñas, con macetas de flores a sus puertas y muchos gatos. Gustaba pasear por él aunque muy cansado. Hemos tomado un refresco, a euro la lata de Coca Cola y recuerdos, hemos vuelto pues ya era tarde y sólo era una avanzadilla de reconocimiento.
En la casa los tres XL que quedaban se fueron hasta La Borrega a tomar unas cervezas. Después, con la habitual división nos fuimos a comer, ellos pizzas, chip, etc. Y nosotros comida casera en La Borrega pero ha sido regular. Frité de cabrito y poco, pero de primero una ensalada de lechuga y tomate, ya aliñada, muy salada. Carmela y yo lomo y los demás cabrito, no estaba mal, pero demasiado condimento. Ha sido en Ca la María. Hemos vuelto a casa y los vagos siguen idem.
Entonces Carmel, papa y yo hemos ido a buscar Olhos de agua. Pero no hemos visto los olhos y agua, poca, aunque el coche ha recibido dos chapuzones en compensación, al regarlo con los aspersores de los campos.
Continuará alguien.
Vuelvo a ser yo, este año están todas muy vagas.
Por la tarde se han ido los XL menos yo, junto con Miguel hacia Valencia de Alcántara que son las fiestas. Yo me he quedado en casa y después nos hemos ido a Aceña, andando, Xavi corría delante y Dani loco detrás, tenía que sujetarlo Ángela para que no corriera detrás de quien se le escapaba de su control. Tomamos algo en La Terraza y volvimos despacio, tranquilamente, cogiendo moras, viendo ovejas… el pastor de uno de los rebaños dijo que dos parirían al otro día, que si quería podía ir mi Pepi a filmarlos, que una traía dos, mi Pepi dijo si le había hecho una eco, el pastor, imagino que riéndose, dijo que lo sabía palpando. Al llegar a casa ya estaban los de Valencia, mi Carmela algo enfurruñada, porque los hombres no habían querido quedarse más tiempo.
Después vimos las estrellas, pero a mi me daba vértigo y lo dejé.

No hay comentarios: