Cuarto día.

11 de agosto de 2005

Tronchón, pero antes… Los más adultos nos fuimos de ruta, los más gandules se quedaron y salvo piscina, pizza, pues no sé más, ellos sabrán.

Nosotros salimos hacia Olocau del Rey, paramos en Todolella… y no vale la pena, paramos en la plazita mayor, preguntamos a un hombre algo mayor si había algo bonito y nos dice con gesto indeciso y un punto despectivo, ¡en los pueblos, el castillo…” “¿se puede entrar?” y dice que no, es privado, subimos una o dos calles y a la carretera otra vez en camino.

Llegamos a Forcall, es un pueblo más grande y bonito, había mercadillo, un puesto de cada cosa, o sea, un puesto de objetos antiguos, otros de ropa, otro de fruta y un camión de melones, comimos allí, en un sitio (son palabras de Francisco, ¡Chic!) bien, el sitio es bonito, pero hubo una ligera confusión con lo que nos cobraron, que dio pie a una conversación de varios minutos.

Y seguimos hasta Morella, con famoso castillo que habían visto ya Juan y yayo Miguel, está muy alto, llegamos a un parque, bueno antes, aparcó Carmela en un sitio, pero como no estaba muy segura de que no rayaría el coche, se bajó rápida y le pasó el mando a Francisco, “así lo rayaría él”, bueno, lo aparcó, eso sí, las ruedas delanteras en un socavón, la derecha posterior al aire y la izquierda un poco rara, total, a Francisco tampoco le gustó y nos fuimos a otro sitio.

Juan no tenía ánimos de subir al castillo y se quedó en un parque, los demás nos fuimos por un camino que no había nadie y pensamos ¡irá a castillo! Como si los demás turistas fueran tontos y se fueran por el camino más largo…

Y claro nos metimos… ¡en una plaza de toros!

Retrocedimos por si acaso… y entonces encontramos el camino bueno, cuesta arriba claro, por el camino entramos en una iglesia, no sé como se llama, con una escalera del coro muy bonita, con figuras esculpidas, lo demás, como todas, y como ninguno éramos muy devotos, salió la consabida conversación sobre “hay qué ver la g ente en chabolas y hacían estos edificios” y algo así.

Visitamos un convento que está previsto hacer un Parador y ya nos volvimos, Juan estaba sólo y el castillo muy alto. Encontramos bien el coche, pero no el camino para volver, una carretera cortada, un camino vallado, y bueno, encontramos la carretera, avanzamos unos kilómetros, yo veo señales distintas, Francisco no está seguro, Carmela tampoco, vemos carteles a Zaragoza o Alcañiz y un pueblo que según el mapa está mas arriba, aprovechamos un camino para poder girar y tomamos la carretera buena, habíamos salido al revés, pero aún no estamos seguros y a diez metros del letrero que nos hubiera aclarado las dudas, paramos y Francisco pregunta a un lugareño y le informan de lo que prácticamente ya sabíamos y tomemos el buen.

Ya cerca de Olocau decidimos que ese será el camino para volver a Sabadell y francisco pregunta si era el mismo camino que tomamos para ir a Morella, Carmela yo decimos que sí, pero él que no ¡y tenía razón!. Le dice a Carmela que repitiera el camino y ¡tuvimos que darle la razón! Y llegamos a Tronchón…

Miguel y yo de buena mañana paseo por Tronchón, la cárcel! Resto de cosas arquitectonicas, historias que no me acuerdo pero están en el folleto del pueblo…

Hablamos con el chico de la oficina de turismo, 17 años, estudió aquí hasta hace 8 años, entonces la escuela se cerró por falta de estudiantes, ahora tienen que ir a Cantavieja, tardan 1 hora y cuarto y si nieva tienen que quedarse alli.

El año proximo este chico ira a Terual a hacer bachillerato, creo. Su padre nos parece que es pastor, le gustan los perros y tiene uno.

Aparece el sol y voy a buscar urgentemente a Xavi y Ángela para ir a la pisci. Miguel se queda por el pueblo para llamarla a ELLA y nosotros al agua.

Hay una rana viva y una pila de arañas ahogadas, las sacamos, pero dejamos a la rana Juan dentro, porque no sabemos donde trasladarla.

Xavi hace muchas figuras en el agua. A las 18 h. viene Miguel a buscarnos porque se nos ha olvidado ir a comer.

Por la noche a la Carmela se le va la olla y se mete en el WC en vez de en su cuarto ¡ay, ay!