Domingo, 1 de agosto de 2004
Los perros no dejan dormir a algunos, aunque a mí (Ángela) sólo me despierta el calor y la familia (excepto Miguelito) desayunando en el patio a la sombra. Había un poco de estrés general porque esto está en medio de ninguna parte y sólo tenemos coche para cinco (o hacer dos viajes...)
El yayo, la Mercedes y la Carmela se han ido a Antequera. No sé qué habrán hecho por ahí, pero dicen que se la han pasado bien. Los demás no hemos quedado en la piscina... todo el día, sólo parando para comer y la siesta.
Los de Antequera han vuelto justo para comer, y luego también se han bañado un poco.
Después nos hemos arreglado y hemos “intentado” ir a un bar que estaba tirando carretera arriba, pero se han rayado a mitad, nos hemos vuelto a la casa y hemos cogido el coche. Al llegar al bar del pueblo, todos los vecinos se nos han quedado mirando.
Nos han dado Kas, porque se ve que no hay Fanta (estos de las Pepsi...) Luego el Xavi ha ido a pedir agua, y todos nos hemos reído porque ha dicho “vull aigua”. Al final todos le hemos tenido que gritar “en castellano!!!” Un poco más tarde se ha oído a todos los de dentro del bar que decían “Ah, agua!” Y luego nos hemos vuelto, hemos cenado... y creo que ya está. (Ángela)
Y ahora la explicación a este dia. Los que fuimos a Antequera teníamos un buen motivo para hacerlo el primer dia. Intetabamos localizar a la hermana de mi padre, hacía 20 años que no sabíamos nada de ella. Llegamos a su calle, pero en su casa vivía otra familia, unos viejos que tomaban el fresco nos informaron que ahora vivía en Mollina, con su marido, pero que cada domingo iba al cementerio a visitar la tumba de su hijo. Les dimos las gracias por la información y nos fuimos, algo mohinos. Dimos vueltas por el pueblo, bueno, ciudad, encargamos pollo a l´ast y volvimos a la casa. Despues de comer fuimos todos al bar, pero a mi me parecía muy lejos y junto con mi padre nos volvimos.
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