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sábado, noviembre 26, 2005

Cuarto día.

3 de Agosto.
Vamos el yayo, Francisco y yo (Mercedes), y la Carmela claro, a hacer una excursión investigadora al Pantano Iznajar.
Aquí la Dedes se ha rajao, así que empiezo yo de nuevo (no ha seguido ni la pauta de la fecha...)
Martes, 3 de agosto de 2004
Hoy tocaba relax, así que cada uno se ha levantado a la hora que le ha dado la gana (bueno, servidora se ha despertado por la cháchara de su padre y sus tías)
Después de desayunar, los “niños” (Pepi incluida) nos hemos quedado en la piscina y los demás se han ido a un pantano.
La única coda a destacar por nuestra parte (que yo me acuerde ahora mismo) es que Xavi se ha puesto las gafas y ha venido conmigo al fondo de la piscina a rescatar ranas.
Por la parte de los excursionistas, ya desde buen principio... resulta que en el cartel que señalaba para el pantano ponía que estaba a 1 Km. Pero después de un buen rato en coche sin encontrar el pantano... ya os imagináis lo que había pasado, ¿no? Pues claro, que en el cartel tendría que poner 11 Km, pero se le había caído un 1!!!
¡Ah! Se ve que el pantano no era gran cosa, porque no han dicho nada de ir los demás.
Hemos comido sobras del domingo, y luego hemos echado la siesta. Los excursionistas han hecho un “intento” de ir a Archidona (para saber más sobre el “intento”, sigua leyendo)
Los vagos, digo, los niños, nos hemos quedado un rato más en casa, y hemos visto un cacho de Farscape! (The Choice) hemos ido al pueblo de arriba (La parrilla), hemos tomado Fantas y huevos Kinder en el bar, y hemos dado una vuelta por el barrio.
Volvemos a la casa, y los demás nos están esperando, pero... ¡¿Y el coche?! Ta-chan! Se ha estropeado! Resumen by Mercedes: Salimos de “Vilanova de l’Algaida” y cuando llevamos algo menos de un Km. Por la carretera de Archidona se enciende una lucecita en el coche indicando “stop”. La Carmela va parando el coche y Francisco pregunta qué pasa, y ella, “que me está diciendo que pare” “¿Quién te lo está diciendo?” sigue Francisco, “¡El coche!”. No saben que quiere decir, y Francisco sugiera mirar el libro de instrucciones, (¿quién se iba a imaginar que nosotros llevábamos de eso en el coche? Por cierto, eso de “Francisco sugiera” no me lo creo ni yo, más bien manda o grita o algo así, si le conozco...) Miran el libro, y eso quiere decir que les falta el liquido refrigerante. Entonces nos bajamos todos, Francisco abre el capó y esperamos que se enfríe aquello.
Nos subimos otra vez y recorremos otro poquito. Se calienta, paramos, se enfría... Y el yayo “ya decía yo que le habíamos dado mucho trote”.
Estamos con el capó abierto y baja uno plan hormiga atómica, en moto y pregunta qué pasa. El hombre les señala una gasolinera (se equivoca por una “intersección”, por supuesto, pero bueno, se entiende porque el cruce que tenía que ser...)
Muy despacito, despacito llegamos a la gasolinera. Francisco se pensaba que simplemente era comprar agua (como le cuenta a todo el mundo lo que le pasa, sale de la tienda con el agua y con el chofer del autobús del otro día (¿casualidad? ¿multiempleo?)
Miran el coche y el chico dice que eso no es el agua, que algo se ha roto. El chico le recomienda ir al mecánico, y le manda a una. Miran el coche, y el mecánico dice que lleven el coche al taller.
El yayo y yo nos quedamos en la gasolinera, al rato la Carmela nos dice que vayamos al garaje también y vamos allí a esperar a francisco que está mirando el coche.
Al rato sale y nos dice que no se puede arreglar al momento, y el mecánico coge vacaciones al día siguiente hasta el miércoles, y que lo lleven a la casa Renault en Antequera o Archidona. Llamamos a los del seguro y mandan una grúa. Mientras (des)esperamos, llaman al Juan, el yayo está en observación, pero bien (¡en Sabadell han pasado el día más caluroso en lo que lleva de verano!) Nos dicen que a lo mejor está arreglado para el día siguiente, y nos pagan el taxi: Vamos al restaurante La Rincona mientras esperamos el taxi. Vimos un coche que parecía un taxi y yo casi me atraganto con el Bitter Kas (Resulta que no era un taxi) Luego pasa el verdadero taxi y por el camino Francisco le explica al taxista lo que ha pasado y lo que pasó en Futuruescape.
Llegamos a la casa, y no hay nadie, y el resto, ya lo sabéis.
Bueno, cuando llegaron, Francisco siguió contando historias a un vecino, y se les hizo de noche allí. (Ángela)





domingo, noviembre 20, 2005

Viernes, 2 de agosto de 2004

Excursión a Antequera. Despiertos a las 7’00 a toque de pito: Los zombis se van a la ciudad de los antepasados. Desayuno a base de molletes: GENIAL. Comida exagerada: buena, pero desbordante. Caminamos mucho. Subimos y bajamos. Nos perdemos, pero pateamos desde la Alcazaba hasta las Cuevas Menga y Vieras o algo así, (nos cuela un ex-guía jubilado espontáneo, que vigilaba turistas despistados (que van un lunes de visita)

En un bar que vamos por pura casualidad ¿nos conocen! Somos primos hermanos del marido (Pepe) de la dueña (Fátima) Nos invitan a todo. Prometemos volver (el Francisco tiene que concretar unas posibles ventas / comprar de terrenos, casas, etc)

Regreso a La Cañada y relax en la piscina. Papi cansado. Muchas emociones y caminos en un solo día (lleva mucho retraso en cumplir el deseo de volver a Antequera) (Pepi)

Los molletes son unos bollitos de pan, no muy cocidos, blancos, tiernos, yo creo que es de origen arabe, sea como sea están deliciosos, en Antequera a nadie le extraña pedir de desayuno un mollete con aceite, lo sirven algo tostados, con una aceitera y sal, para que cada uno se lo prepare a su gusto. Ahora tienen denominación de origen. En este día recorrimos Antequera como si fueramos a estar solo un dia, calles arriba y abajo, con un calor de agosto, achicharrante, mi padre estaba ansioso, hablando de sus recuerdos, de lo que hacía y pasaba en tal o cual calle. Después de ver la cueva de Menga, una cueva prehistorica una de las mejor conservadas en España, estaba muy cansado, pero feliz. El guia de que hablamos era un viejo desdentado que parecía haber aprendido la historia de carrerilla, estoy segura que si le detenemos y preguntamos algo a bocajarro no sabría contestarnos, pero bien, lo que no nos dijo él nos lo dijo mi padre.

sábado, noviembre 19, 2005


Domingo, 1 de agosto de 2004
Los perros no dejan dormir a algunos, aunque a mí (Ángela) sólo me despierta el calor y la familia (excepto Miguelito) desayunando en el patio a la sombra. Había un poco de estrés general porque esto está en medio de ninguna parte y sólo tenemos coche para cinco (o hacer dos viajes...)
El yayo, la Mercedes y la Carmela se han ido a Antequera. No sé qué habrán hecho por ahí, pero dicen que se la han pasado bien. Los demás no hemos quedado en la piscina... todo el día, sólo parando para comer y la siesta.
Los de Antequera han vuelto justo para comer, y luego también se han bañado un poco.
Después nos hemos arreglado y hemos “intentado” ir a un bar que estaba tirando carretera arriba, pero se han rayado a mitad, nos hemos vuelto a la casa y hemos cogido el coche. Al llegar al bar del pueblo, todos los vecinos se nos han quedado mirando.
Nos han dado Kas, porque se ve que no hay Fanta (estos de las Pepsi...) Luego el Xavi ha ido a pedir agua, y todos nos hemos reído porque ha dicho “vull aigua”. Al final todos le hemos tenido que gritar “en castellano!!!” Un poco más tarde se ha oído a todos los de dentro del bar que decían “Ah, agua!” Y luego nos hemos vuelto, hemos cenado... y creo que ya está. (Ángela)
Y ahora la explicación a este dia. Los que fuimos a Antequera teníamos un buen motivo para hacerlo el primer dia. Intetabamos localizar a la hermana de mi padre, hacía 20 años que no sabíamos nada de ella. Llegamos a su calle, pero en su casa vivía otra familia, unos viejos que tomaban el fresco nos informaron que ahora vivía en Mollina, con su marido, pero que cada domingo iba al cementerio a visitar la tumba de su hijo. Les dimos las gracias por la información y nos fuimos, algo mohinos. Dimos vueltas por el pueblo, bueno, ciudad, encargamos pollo a l´ast y volvimos a la casa. Despues de comer fuimos todos al bar, pero a mi me parecía muy lejos y junto con mi padre nos volvimos.

domingo, noviembre 13, 2005

Aquí empieza el auténtico diario. No es un diario al uso, está escrito por tres personas (lo hacía al final del día la que estuviera menos cansada), así cada entrada tendrá un color y al final el nombre de la autora.
Sábado, 31 de julio de 2004. Era de la información (qué parece mentira que no haya cobertura).
Empieza raro el día: Francisco se levanta a las 5.30, cree que son las 4.30 y se vuelve a la cama. Ángela, después de no dormir, se levanta a las 6.15.
En casa del yayo Miguel suena el despertador a las 4.40.
Salimos de Sabadell a las 6.50 en coche: Carmela, Mercedes, Miguel, Xavi y Pepi. A las 8.02 suben al tren Francisco, yayo Miguel y Ángela. No bajan hasta 12.30 horas después. El trayecto en tren se les hace pesado, y se rayan un poco. En coche el calor se aguanta bien, pero el culete se acaba un poco pochito. Llegamos a villaneuva de Algaida a las 20.00 aproximadamente. Allí nos espera Diago, el dueño de la casa "La Cañada" y le seguimos hasta la casa que nos aprece lejísimos, lejos de todo. La Carmela va a buscar a los viajeros del tren y todos desaparecen. No hay cobertura, Ángela se oye entrecortada. Perdemos el contacto. A las 23.30 ya se nos lleva los demonios y pensamos en llamar a la policía cuando aparecen siguiendo a un pobre hombre que han parado el algún lugar. (Pepi)

domingo, noviembre 06, 2005



Este es el perfil más típico de Antequera, se llama La Peña de los Enamorados, porque se cuenta la historia de que por ella se lanzaron al vacio un cristiano y una mora, cosa normal desde la historia de los tiempo, amores contrariados y esas cosas....

sábado, noviembre 05, 2005


Bueno... aquí va la primera entrada. Las vacaciones que "subiré" primero son las del año pasado. Por circunstancias familiares eran las primeras que ibamos los ocho en pleno, mi hermana Carmela con su marido Francisco y sus hijos Ángela y Miguel, mi hermana Pepi con su hijo Xavi, mi padre y yo.
Como ocurre con los escritores noveles que siempre recurren a su vida para su primera obra así nuestras primeras vacaciones juntos fueron a los origenes del más mayor del grupo, mi padre. Y todos nos fuimos a Antequera (Málaga). Alquilamos una casa rural preciosa, con piscina, dos plantas, cinco o seis dormitorios... adornada con infinidad de objetos andaluces que nos sorprendieron en una casa de alquiler por tan poco tiempo... En fin, lo único malo es que estaba a unos treinta kilometros de Antequera en Villanueva de la Algaida, un pueblo que por las raices catalanas de la mitada del grupo acabó siendo Vilanova de l'Algaida.